miércoles, 8 de febrero de 2012

Miguel de Unamuno dice de Montalvo.


Se dice que Miguel de Unamuno llegó a asegurar que un pasaje de la sexta catilinaria le hizo temblar hasta las últimas raicillas de su alma, al extremo de que se le asomaron las lágrimas: "Desgraciado el pueblo donde los jóvenes son humildes con el tirano, donde los estudiantes no hacen temblar al mundo!". También, al recordar su lectura de esta obra, expresó:
Cogí "Las Catilinarias" de Montalvo, por lo excesivamente literario del título ciceroniano, ya que el término se ha hecho vulgar desprendiéndose de su etimología, y empecé a devorarlas. Iba saltando líneas, iba desechando literatura erudita; iba esquivando artificio retórico. Iba buscando los insultos tajantes y sangrantes. Los insultos, ¡sí!, los insultos; los que llevan el alma ardorosa y generosa de Montalvo.

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